Les platico un poquito mi historia:
Empecé con preeclampsia desde la semana 22, por lo cual mis doctores me decían que tenía estar preparada para todo por que sería una preeclampsia severa, empece a bajar demasiado en plaquetas, ya tomaba 6 pastillas diarias para la presión y los doctores me decían que me podía morir en cualquier momento, muchas personas me decían que ya me operaran que como podía arriesgarme tanto, yo misma lloraba a escondidas todos los días pensando que podía pasar eso por que tengo otro bebé hermoso de 3 años.
El doctor me dijo que podíamos continuar con el embarazo pero que si tenía 1 síntoma de 5 que me mencionó era imposible, me decía que aquí no era como en las novelas, que lo primero era buscar salvar a la mamá y que claramente harían todo lo posible por salvar a mi bebé.
El 18 de Julio 2016 con 26 SMG paso lo que tanto miedo tenía, se complico todo, se me subió la presión más de lo permitido, me inflamé de la cara, me quede con 90 de plaquetas, todo estaba descontrolado, ya no había opción tenían que operarme, el doctor me dio la noticia me dijo Vero ya viene todo el equipo médico ya no podemos seguir, estaba a punto de convulsionar o de un derrame cerebral, yo le rogué que me bajara la presión pero era imposible, yo me negaba a firmar la autorización de la cesárea y en ese momento metieron al cuarto a mi otro bebé, me dijeron que va a ser de Cesarin sin ti, no pude más llore y llore y solo le dije al doctor que confiaba en el, llegaron muchos doctores y me pasaron a quirófano, estando ahí llegó el neonatólogo y me dijo yo voy a recibir a su bebé y solo le dije llorando que confiaba en el que le rogaba que salvara a mi bebé, empezaron la cirugía y solo escuche "Ya va a nacer" y una vez que nació escuche que el neonatólogo dijo pesa menos de lo que pensamos cuantas semanas tenía.
Les dije que lo quería ver pero no me permitieron, tanto mi bebé estaba muy grave como yo, se lo llevaron a UCIN, yo pase a cuidados intermedios por 3 días por lo cual no podía ver a mi bebé, el neonatólogo me dijo que tenía que ser muy sincero conmigo, que teníamos 50% de probabilidad de que sobreviviera y 50% de que no, Marcelo nació pesando 480 gramos y 27 cm, cuando lo conocí al 3 día pesaba 380 gramos, sus párpados estaban prácticamente pegaditos, cuando lo ví sentí que me moría, no lo podía creer, dentro de mi pensé es imposible que sobreviva, mi corazón se quebró en pedacitos y me tuvieron que sacar.
Duré 5 días en el hospital y cuando me dieron de alta sentí algo que no puedo ni explicar, me iba del hospital sin mi hijo, mi hijo se quedaba extremadamente grave en el hospital. Pasaban los días y yo sentada en la sala de espera viendo como nacían bebes y los papás festejaban, se tomaban fotos y yo esperando poder entrar a UCIN a ver a mi bebé.
Marcelo caía en paro prácticamente diario
Recibió más de 10 transfusiones de sangre, a los 3 meses me lo operaron del corazón, tan pequeño y ya con una cirugía, estaba intubado conectado a un ventilador de alta frecuencia y así estuvo por 6 meses, yo tenía que seguir en el trabajo, me salía en mis horas de comida, hablaba todo el tiempo para ver como estaba, iba al hospital, dormía con el celular en la almohada, temblado día y noche de recibir una llamada del hospital, hasta que un 5 de enero 2017 me marcó el doctor y me dijo Señora necesito que venga al hospital, no les puedo explicar no tenía fuerza pensé lo peor, llegue y me dijo: "Marcelo cayó en paro 10 minutos", 10 minutos que se nos hicieron HORAS, le pasaron varias dosis de adrenalina, le dieron RCP hasta que gracias a Dios mi Marcelo regreso con nosotros, pero me dijo el Dr, "tienen que estar preparados para todo, otro paro de estos Marcelo ya no sale adelante", llore llore y volví a llorar, no lo podía creer, fue entonces que todos los especialistas de Marcelo se reunieron y nos mandaron hablar, nos dieron la noticia que no queríamos escuchar " Marcelo tiene 6 meses intubado, están muy mal sus pulmones, no podemos seguir así, es necesario hacer una traqueostomía y gastro" les rogué con todo mi corazón que le diéramos otra oportunidad pero ya no era posible, Marcelo estaba muy mal y era momento de tomar esa decisión, corriendo el riesgo de que no aguantara la cirugía.
9 de enero 2017 le hicieron su traqueo y gastro, esa firma me costo demasiado, duró más de 2 horas y yo sin saber que estaba pasando, terminaron y gracias a Dios todo salió bien, pero al entrar a ver a mi bebé fue algo tan impactante, lo tenían completamente sedado, los ojos pegaditos con cinta y su boquita con mucha babita, de nuevo me caí, sentí que ya no podía, pero Dios me daba la fuerza que necesitaba. Marcelo paso 10 meses y medio en UCIN, 5 cirugías, más de 10 transfusiones de sangre, sin fin de paros cardíacos, 6 meses intubado conectado a ventilador de alta frecuencia, tantas cosas que pasamos ahí dentro, cada día que llegábamos desde que nos lavábamos las manos y escuchaba alarmas ya pensaba que era mi bebé.
Salimos del hospital un 26 de Mayo 2017, ese día sentía un miedo ENORME pero una FELICIDAD inexplicable, después de 10 meses y medio mi hijo se iba a casa.
Nos fuimos con ventilador, traqueostomía, gastro, muchísimos cuidados, justo el día que cumplió 1 año dejamos por completo el ventilador y solo nos quedamos con oxígeno, casi cada 15 o 20 días teníamos que regresar al hospital por distintas razones.
Al día de hoy Marcelo tiene 2 años, sigue dependiente de oxígeno sin embargo ha mejorado muchísimo que los doctores esperan que terminando el invierno puedan cerrar su traqueo y que el respire solito, el neurólogo nos dice que no hay secuelas nuerológicas y que mi hijo podrá hacer su vida normal, los llevamos a terapias físicas y empieza a sostenerse de pie, pesa 9 kilos y es un hermoso guerrero.
Yo continúo trabajando y gracias a Dios logré un ascenso, por lo cual quiero que nos demos cuenta que podemos ser más fuertes de lo que pensamos, demostrarnos a nosotras mismas que si podemos, aprendí a ser enfermera, doctora, mamá y profesionista.
Siempre debemos ser positivas, cuando los doctores me daban malas noticias yo les decía "mañana me va a dar una buena" y así me fui día a día confiando en Dios y confiando en que mi guerrero iba a ir a casa conmigo.
Tuve mucho mas apoyo del que imaginé, en mi trabajo me demostraron que no soy un número más si no todo lo contrario, estuvieron en todo este camino tan difícil que me toco pasar, mi jefe me decía Vero para todos en la vida llega su momento y saben ESTE ES MI MOMENTO, mi hijo me demostró que nada es imposible, que el con 480 gramos y con todo en su contra salió adelante .
Verónica García
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