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The Journey of my preemies II

Madres Prematuras

Segunda Parte

La mañana del sábado 16 de junio mi esposo y yo estábamos totalmente en shock, con ganas de que todo fuera un sueño y en cualquier momento despertáramos en casa, con mis bebés en mi vientre. Pero no había vuelta atrás y no estaba en nuestras manos cambiar nada; por más palabras que la familia nos decía no había nada que nos reconfortara, al menos no a mí, me sentía atrapada dentro de una nube gigante llena de "y si no escucho ningún llanto de bebés" "si Ellie (la más pequeña) no lo logra" "si Emma no puede respirar" "si yo no salgo del quirófano" todos los miedos que podrían pasar por la cabeza de quien siente que está por perder a alguien y al mismo tiempo orando de una forma diferente. Yo creo que esta es la primera vez que he estado enteramente callada y expectante ante Dios, no sabía cómo orar, no me atrevía a pedirle algo que nada me aseguraba que me fuera a dar, porque si una de las 3 no lo lograba tendría mucho para enojarme o reclamar y en el fondo no quería eso. Le pedía fuerza para aceptar lo que estaba pasando y para vivirlo. Fuerza y más vida para mis hijas también. Sólo pensaba Señor es sábado, que sea como el sábado de gloria. Lo que sea que eso para ti signifique en nuestras vidas.

 

Apenas me pasaron a la plancha revivió el nervio por nunca haber sido operada , y aunque eso me tenía paralizada la intriga de saber qué pasaría con mis bebés también era enorme. El tiempo parecía correr muy rápido. Cuando llega mi esposo me dice que estaba toda nuestra familia y nuestros mejores amigos ahí en el hospital (aún cuando yo no le había escrito a nadie ni nada porque tenía miedo del desenlace) todos estaban ahí orando con nosotros. Me sentí tan amada y a la vez agradecida con Dios por esa hermosa familia que nos dio en cada uno de ellos. A las 2.34pm el doctor dice "aquí viene la primer bebé" y aquí ocurre el primer milagro, (ya nos habían dicho que no nos angustiáramos si no escuchábamos a las bebés llorar, que las tendrían que intervenir de emergencia y ya tenían todo preparado) apenas abren la bolsita de Ellie la bebé suelta el grito, un llanto súper chiquito que recuerdo tuve que preguntarle a Toño "de verdad está llorando??" y me responde que sí, toma el pediatra a la bebé, la pasa por encima de mí y veo sus ojitos abiertos todos grisesitos y la lleva a otra zona para limpiarla y todo eso. Yo no cabía de la emoción, ya quería verla. Sólo hablaba como loca esperando que me escuchara mi bebé. Para mí pasaron 2 segundos pero a las 2.36pm abren la bolsita de Emma y por unos instantes sentí un silencio intenso; ella aún no lloraba la tomo el pediatra, igual la llevaron a limpiar y todo y de pronto el segundo milagro, la bebé también lloro! Sentí un alivio tan grande que no paraba de sonreír, el pediatra toma a Ellie, me la muestra antes de ponerla en su incubadora y llevarla a UCIN y fueron los 5 segundos más agridulces de mi vida, tan hermosos de hablarle y ver como abría sus ojitos como buscándome, y a la vez me sentía con en esa necesidad de abrazarla pero no podía hacerlo. Después toma el doctor a Emma e igual me la muestra y recuerdo tanto que le hablaba y la chiquita intentaba mover su cabecita para buscar mi voz. Lo último que recuerdo en ese momento fue que le dije a mi esposo tu ve con ellas y asegúrate que estén bien, y a partir de ahí estuve sola.

Como tenían que mantenerme vigilada y con ciertos medicamentos en lugar de pasarme a un cuarto de maternidad me querían mandar a un cuarto de cuidados intermedios, pero para mi suerte no había cuartos disponibles, así que me enviaron a cuidados intensivos, donde no tenía permitido recibir visitas más que en ciertas horas, 1 persona y por no más de 15 minutos. Cuando llegué a ese pequeñísimo cuarto sentí el vacío más grande que se puedan imaginar, para empezar ya no tenía a mis compañeras con las que hablaba todo el tiempo, sentía un dolor muy raro en todo el cuerpo y tenía tanta sed pero por la anestesia y los medicamentos que tenía no me dejaban tomar agua. Sola, sin mis bebes, sin noticias de ellas, sedienta, medio alucinada, llorona y entre otras cosas pase la noche, tenía tanto miedo. El domingo que por fin me pasan a cuarto normal, la verdad es que no quería estar más que con mi esposo o mi mamá, llorar y sentir su abrazo. No quería ver a nadie más. Me sentía tan decepcionada.


-Lesslie Blanco

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